Cada vez cuesta menos ver unicornios por todas partes. Hay quien considera que esta especie de nombre y características mitológicas no existe y tacha de fantasiosos los relatos acerca de ellos, pero desde que Ailen Lee, inversora y líder de la firma de capital riesgo Cowboy Ventures, utilizó el término ‘unicornio’ para describir a un tipo concreto de startups tecnológicas innovadoras en un artículo publicado en TechCrunch en 2013, los unicornios han pasado a ser una realidad de nuestro mundo.
En su artículo, Lee definía los unicornios como aquellas empresas emergentes del sector tecnológico que habían alcanzado una valoración de 1.000 millones de dólares sin haber salido a bolsa y que compartían una serie de atributos mitológicos, como el hecho de estar basadas en una tecnología disruptiva que abría nuevos nichos de negocio o su capacidad de escalar a una velocidad vertiginosa con una orientación internacional. El máximo sueño de una startup sería convertirse en una de estas rarezas.
La primera lista de esta analista e inversora incluía 39 empresas y entre ellas había muchas que hoy ya no son unicornios, como Facebook o AirBNB, ya que la primera norma del Club de los Unicornios es que en el momento que una startup sale a bolsa, deja de ser un unicornio. Todas esas empresas estaban radicadas en EEUU, especialmente en la costa Oeste. Silicon Valley parecía ser el único terreno propicio para los unicornios.
“El artículo en el que Aileen Lee creó esta definición defendía que menos del 0,1% de las empresas en las que invirtieron los fondos de capital riesgo alcanzaban valoraciones de 1.000 millones de dólares. Así que decidió utilizar el término ‘unicornio’ para describir estas startups porque aludía a algo raro o irreal”, recuerda Anthony Delmotte, Project Leader de Inteligencia de Mercados en Opinno.
Sin embargo, en poco más de ocho años, esta lista ha engrosado considerablemente, hasta multiplicarse por 25. La lista de unicornios empresariales que elabora CB Insights superó el millar en todo el mundo el pasado mes de febrero. Estados Unidos ha seguido teniendo un dominio aplastante, pero ya no es el único ecosistema donde surgen estas startups de rápido crecimiento y valoración milmillonaria.
Es más: los unicornios se han convertido en un motivo de orgullo nacional para algunos países. El presidente francés, Emmanuel Macron, a principios de este año, situó “los 25 unicornios franceses” como punta de lanza de su estrategia de economía innovadora ‘Start-Up Nation’ en una alocución en la que felicitaba al ecosistema tecnológico y emprendedor francés por haber alcanzado esta cifra.
“Al partir de un indicador cuantitativo (los 1.000 millones de valoración), el concepto de unicornio funciona bien como criterio de referencia para resaltar los casos de éxito de un ecosistema emprendedor y pueden ser utilizados incluso como palancas de comunicación política, para resaltar el dinamismo de una economía”, explica Delmotte, en referencia al caso francés.

El Sur de Europa y Latinoamérica, un paso por detrás.
El principal ecosistema de unicornios que desafía a EE UU sigue siendo China, con 166 empresas de este tipo que representan algo menos del 17% del mercado mundial. De hecho, el mayor unicornio del mercado mundial en estos momentos es una empresa de este país, Bytedance, especializada en inteligencia artificial, con una valoración de 127.000 millones de euros. El resto de Asia, sin incluir a China, concentra un 14% de los unicornios; casi la mitad de ellos, en India. Europa, con un 12,8%; América Latina, con un 2,6% o África, con un 0,4%, van por detrás en la lista, según los datos de CB Insights.
Dentro de Europa, los países del norte concentran más empresas de este tipo que los del sur. España cuenta con cuatro (Jobandtalent, Cabify, TravelPerk y Copado) e Italia solo cuenta ahora mismo con la reciente incorporación de Scalapay. En cuanto a América Latina, Brasil es el país con más presencia de este tipo de fauna (15 startups en la lista de CB Insights), seguido de México, con seis. En Colombia hay dos, en Chile, otros dos y en Argentina, uno.
Según Delmotte, las diferencias entre países se explican tanto a nivel macroeconómico como micro. “Los países donde más unicornios hay suelen ser los que combinan factores como programas ambiciosos de apoyo al ecosistema emprendedor, fiscalidad y normativa favorable al desarrollo y escalado de esas startups, un capital humano suficientemente formado y conexión entre el sector académico y el sector privado”, explica este experto, quien también destaca la necesidad de estructuras de acompañamiento del desarrollo de proyectos de innovación (aceleradoras, incubadoras, venture builders, programas de pilotos de corporaciones grandes) y la relevancia del venture capital (los business angels, los agentes financieros de capital riesgo y la capacidad para atraer inversión).
A un nivel microeconómico, los factores culturales de cada país parecen también tener cierta influencia. Sin embargo, Delmotte destaca que, más allá de las diferencias, las tendencias de mercado que favorecen el desarrollo de unicornios -las tecnologías de comercio online, el sharing y otros modelos innovadores- “son globales y pueden ocurrir en cualquier mercado”.
Más allá de los unicornios
Delmotte es crítico con el automatismo a la hora de usar los unicornios como único indicador de un ecosistema innovador sano. “Para entender bien la evolución del ecosistema de startups, este criterio no es suficiente. Le podríamos hacer las mismas críticas que se hacen al PIB como indicador para evaluar la economía global”. Delmotte apunta que, al priorizar el crecimiento sobre la rentabilidad, este modelo de empresas puede ser bastante perjudicial para una gran mayoría de empresarios: “Esta carrera hacía el hipercrecimiento, en constante necesidad de nuevo capital, casi nunca es compatible con la rentabilidad”.
Por lo tanto, el ecosistema de emprendimiento se podría valorar a través de otros indicadores, como la generación de empleos, el dinamismo a la hora de generar nuevas startups, la generación de activos tangibles e intangibles o la reducción de la huella carbono. Precisamente, la sostenibilidad y la transformación energética, es la principal oportunidad que tienen España y otros países que no destacan demasiado aún en los rankings de unicornios para potenciar su ecosistema innovador, según se detalla el infore Genewin, impulsado por Opinno, junto con Endeavor, Fundación Transforma España, Lanzadera, Telefónica Open Future, South Summit y Barcelona TechCity.

Unicornios sostenibles
Las oportunidades de negocio que ofrece la transición ecológica ha hecho que los llamados ‘unicornios sostenibles’ se hayan convertido en una subespecie por derecho propio. Las empresas relacionadas con energías limpias y clima constituyeron el grupo de unicornios que obtuvo el mayor volumen de financiación entre 2017 y 2021. Según el informe sobre el estado de las empresas innovadoras europeas que elabora el fondo de venture capital Atómico, un 24% del dinero invertido en unicornios durante este periodo se hizo en empresas en las que la sostenibilidad formaba parte de su modelo de negocio.
Uno de los casos paradigmáticos es la norteamericana Uplight. Esta empresa de software de optimización energética -en la lista de unicornios desde hace justo un año- ayudó a los hogares de EE UU a ahorrar 354 millones de euros en sus facturas eléctricas y evitó la emisión de 1,2 millones de toneladas de CO2.
Este auge de los unicornios sostenibles está alineado con la reconversión que ya están planeando diversas industrias, como la automotriz, para adaptarse a los cambios legislativos que plantean los gobiernos de todo el mundo –especialmente ambiciosos en Europa– de cara a la reducción de emisiones de CO2.
Esta nueva reconversión indistrial genera enormes oportunidades de negocio, en línea con lo que señala el informe Genewin. De hecho, Larry Fink, CEO de BlackRock, la empresa de gestión de activos más grande del mundo, aseguró hace pocos meses que nunca ha habido tanto dinero disponible para las empresas dedicadas a la descarbonización del planeta.
Las palabras de Fink son muy claras: “Los próximos 1.000 unicornios no serán motores de búsqueda ni redes sociales, sino empresas innovadoras sostenibles y escalables; startups que contribuirán a la descarbonización del mundo y conseguirán situar la transición energética al alcance de todos los consumidores”.
Fuente: Opinno