El sol peruano se viene posicionando en lo que va del 2023 como la moneda más estable —con las fluctuaciones diarias de menor intensidad— de la región, reportó el Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank. El cálculo proviene de la volatilidad histórica para las monedas de América Latina en los últimos seis meses en Bloomberg.
Pese a la inusual volatilidad del tipo de cambio en el 2021 y 2022 por factores como la incertidumbre política tras las elecciones, la incertidumbre por el conflicto Rusia-Ucrania, y las expectativas de alzas de tasas de interés, el sol peruano ha mostrado fortaleza. Según señala Scotiabank, la resiliente economía peruana —que a pesar de los recurrentes choques crece más que sus pares—, los sólidos fundamentos externos, y el reconocido manejo del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) han llevado a que el sol sea nuevamente la moneda más estable de América Latina.
“Sin embargo, los grados de incertidumbre en lo que resta del 2023 y 2024 aún seguirían siendo elevados, considerando el proceso de transición de la política monetaria de una postura contractiva hacia una posición neutral, el persistente ruido político local —por ahora de intensidad más baja— y los riesgos latentes en el contexto internacional”, detalla la entidad.
Scotiabank proyecto en adelante un movimiento lateral del tipo de cambio local, aunque en términos promedio mantendría un sesgo hacia la apreciación. Tras promediar una cotización de S/3,84 en el 2022, este año se ubica en S/3,80 en lo que va del 2023. Hacia el cierre del año, la entidad estima que el tipo de cambio promediaría S/3,85 con “un sesgo hacia la baja”.
EL TIPO DE CAMBIO EN EL 2024
Para el próximo año, Scotiabank espera que la evolución de la moneda peruana refleje el balance de fundamentos externos, precios del cobre en particular, la tendencia internacional del dólar, el diferencial entre tasas de interés en dólares y soles, y la voluntad del BCRP de evitar mucha volatilidad.
“Estos factores pueden generar giros de corto plazo, pero parecen cancelarse mutuamente en el tiempo. El supuesto de fondo es que el tipo de cambio se moverá más en función de mercados y fundamentos, que de turbulencia política interna. Sin embargo, eventos políticos de envergadura dentro del país podrían afectar significativamente al sol, como ha ocurrido en el pasado”, especificó.
La entidad recalca que los balances macroeconómicos seguirán dando soporte al sol. Por ejemplo, la balanza comercial acumula un superávit de US$8.600 millones hasta febrero (últimos 12 meses), superando en US$ 7.000 millones del nivel prepandemia. Asimismo, el nivel de reservas internacionales se aproxima a US$75.000 millones y equivale al 28% del PBI, una de las cifras más altas entre economías emergentes. Además, resalta el apetito por riesgo en los mercados emergentes, reflejado en el alza de 2,5% en los índices tanto de bolsas como de bonos de mercados emergentes; y el comportamiento de las tasas de interés internacionales respecto de la tasa en el Perú, cuyo diferencial se mantiene estable en el año.
“Dados nuestros supuestos sobre el escenario político, la salida de capitales no sería un factor relevante en el 2024. Si bien el ruido político continúa, tiene baja intensidad sobre el mercado cambiario, siempre que no se activen temas cruciales como vacancia o cambio presidencial o la posibilidad de una Asamblea Constituyente —que parece cada vez menos probable—”, indicó.
Según Scotiabank, la dirección de la política económica y el accionar apropiado de las principales instituciones económicas parecen ser un soporte suficiente para contrarrestar el ruido político de baja intensidad de cara al mercado cambiario. Añade que el riesgo principal a su expectativa de “relativa estabilidad cambiaria es una nueva ola o rebrote de la inflación a nivel global, que implique retomar el ciclo de alza de tasas de interés y por tanto un mayor fortalecimiento del dólar estadounidense”.
Fuente: Forbes Perú