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¿Cómo el regreso a clases puede ahorrarte impuestos?

De niño, el regreso a clases después de las deliciosas vacaciones de verano es uno de los eventos más tristes del año. Pero al ser adulto, la cosa cambia totalmente. Y es que uno como padre, puede llegar a celebrar que por fin puede mandar a los hijos toda la mañana a que otras personas los cuiden y poder tener un pequeño break de paz.

Y no es motivo para sentirse mal padre o mala madre, pero es justo que todo papá o mamá quiera respirar un poco después de estar al pendiente de los hijos 24/7, ¿cierto? ¿Pero sabes que además de ese beneficio, el regreso a clases también implica beneficios fiscales? En esta nota, abordaremos el tema de las deducciones personales, ya que en este regreso a clases te conviene tener fresco este tema.

Las deducciones personales:

Recordarás que las deducciones personales son todos aquellos gastos relacionados a la salud, seguridad social, vivienda y educación. Cuando el gobierno no te proporciona estos servicios porque tú decides cubrirlos por tu cuenta, te dan la opción del beneficio fiscal de deducir estos gastos para efectos de la declaración anual; on ciertos topes y condiciones que ya revisaremos en una futura nota.

La colegiatura es deducible

Es preciso recordar en estos momentos que los pagos de colegiaturas son deducibles de impuestos con las distintas limitantes de montos anuales por grado educativo, dependiendo de las regulaciones y normativas particulares de cada país.

¿Qué requisitos necesita mi factura?

Para poder hacer deducibles las colegiaturas para efectos de la declaración anual, lo único que tienes que hacer es pedir factura al colegio en el que tengas matriculados a tus hijos. Este Colegio debe de tener autorización o reconocimiento de validez oficial de estudios. Este primer paso en teoría la institución educativa ya lo tiene cubierto, ya que de lo contrario, no podría estar operando.

En segunda instancia, los pagos deben corresponder exclusivamente a la enseñanza del alumno, por lo que cualquier otro concepto no se considerará deducible. Por ejemplo, la colegiatura es un pago que cubre la enseñanza del alumno por lo que es un concepto deducible. La inscripción o reinscripción es un derecho que se paga para tener al alumno matriculado, no es el pago de la enseñanza por sí mismo, por lo que las inscripciones y reinscripciones no son deducibles.

Si hay alguna excursión o evento extracurricular organizado por la institución educativa, tampoco se debe entender como un pago de colegiatura por lo que tampoco tiene el carácter de deducible. Cuando pidas la factura, la institución educativa te solicitará tus datos fiscales, solo cerciórate de tener tus datos a la mano.

Por último, debes de saber que esta deducción personal la puedes pagar cuando la educación la vas a recibir tú, tu cónyuge o tus hijos o tutelados.

Otros gastos deducibles

Además de las colegiaturas, también tenemos la posibilidad de deducir el pago de transporte escolar, siempre que la transportación escolar sea obligatoria en el área donde la escuela se encuentre ubicada o cuando el gasto sea incluido dentro de la colegiatura. En este caso, solo será deducible cuando el gasto se origine por tus descendientes en línea recta.

Conclusión

Ahora lo sabes, revisa estos puntos con el colegio de tus hijos y pon todo en orden para que recibas tus facturas cada que haces el pago de la colegiatura de tus hijos y disfruta de los beneficios fiscales que tiene el regreso a clases.

Fuente: El Financiero

¿Cómo hacer un buen presupuesto familiar? - Bullk Services

¿Cómo hacer un buen presupuesto familiar?

Es habitual pensar que ahorrar es sinónimo de no gastar. Nada más lejos de la realidad. Ahorrar significa gastar mejor para poder sacar el máximo partido al dinero y, además, reservar una cantidad con la que cumplir las metas financieras. El primer paso para conseguirlo es elaborar un presupuesto familiar donde aparezcan los gastos mensuales de una persona, o de una familia, correctamente clasificados.

Además, es importante reflejar los gastos fijos, gastos variables, gastos superfluos e incluso los gastos innecesarios y egresos. Con todo ello lograremos controlar los gastos y cuidar la salud financiera.

Organizar las finanzas es fundamental para disfrutar de una vida sana en el aspecto económico. Un presupuesto, en el que aparezcan correctamente reflejados los gastos además de los ingresos, es una herramienta muy útil para comprobar el estado financiero y tomar decisiones con conocimiento de causa.

Estos son los gastos que, según la clasificación del portal especializado Finanzas Para Todos, iniciativa del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores dentro del Plan de Educación Financiera, deben tenerse en cuenta para que el presupuesto sea realmente una ayuda.

¿Qué son los gastos fijos obligatorios?

Son aquellos gastos necesarios que se repiten periódicamente, por lo que se sabe con antelación cuándo hay que pagarlos y qué cantidades se deben abonar. En esta categoría se encuentran los gastos de vivienda, educación, seguros, impuestos y préstamos, entre otros. Estos pagos no suelen admitir demora y pueden conllevar penalizaciones en caso de retraso, lo que supondría un incremento de la deuda.

Los gastos fijos obligatorios son prioritarios y deben abonarse primero. Por lo tanto, si hubiera dificultades para pagarlos, convendría reducir los gastos en las otras categorías o, si la situación no mejorara, intentar renegociar la deuda con los acreedores.

Gastos variables necesarios

Esta categoría, igual que la anterior, se compone de aquellos gastos que son necesarios para la vida cotidiana. Sin embargo, en este caso, las cantidades no son fijas ya que pueden reducirse o aumentarse según las circunstancias. Esto ocurre, por ejemplo, con la cesta de la compra. Es un gasto necesario, pero podría reducirse, si fuera preciso, con pequeños gestos de ahorro como adquirir productos de marca blanca en vez de marcas conocidas o comparar precios entre supermercados para diversificar la compra en función de los mismos.

En esta categoría entran también los gastos de transporte, ropa, electricidad, agua, etc. Todos ellos se podrían reducir, si hubiera aprietos para satisfacer los gastos fijos obligatorios.

¿Cómo calcular el ahorro en un presupuesto?

Esta categoría es quizá una de las más difíciles de controlar. Los gastos discrecionales varían mucho y van asociados a los deseos y necesidades del individuo en cada momento, por lo que tienen una carga emocional que, a veces, no permite ver la situación financiera con claridad.

El presupuesto ayuda a reflexionar sobre estos gastos para verlos como lo que suelen ser: una merma en los ingresos que no revierte en una mejora significativa de la calidad de vida. Eso no quiere decir que, cuando la situación económica lo permita, no haya un hueco para darse un capricho o gastar algo en ocio, pero si hay problemas para pagar los gastos necesarios, los discrecionales deberían ser los primeros en recortarse.

Un presupuesto que refleje correctamente los gastos, debería incluir también el ahorro como un gasto más, pero ¿cuánto habría que destinar a esta categoría? A priori, resulta difícil “renunciar” a una cantidad mensual, aunque suponga un beneficio en el futuro. La regla 50-20-30 puede ser una buena guía. Consiste en dividir los ingresos mensuales en los siguientes porcentajes: 50% para gastos obligatorios y gastos necesarios, 30% para gastos discrecionales y 20% para el ahorro.

Un buen truco para evitar la tentación de gastar ese 20%, es descontar el porcentaje destinado al ahorro en cuanto llegue el ingreso y meterlo, por ejemplo, en una cuenta de ahorro. Así se contará únicamente con las cantidades destinadas a los demás gastos y mientras tanto, los ahorros irán creciendo gracias a los intereses.

En definitiva, el presupuesto es una herramienta con la que se aprende, no solo a tener una mejor salud financiera sino a gastar mejor, permitiéndole a la persona afrontar cualquier emergencia financiera que se le presente y cumplir todas sus metas de ahorro, sin perder calidad de vida.

Fuente: Querido Dinero, BBVA.